martes, noviembre 10, 2015

Texto: "Ciclos".

Se vuelve a pinchar con la rosa, la burra vuelve al trigo, se regresa al lugar donde una vez se fue feliz, el sol sale cada mañana, la marea crece periódicamente, un astro mengua sin falta, crece sin falta, la semilla germina, la savia se derrama, el viento sopla al norte, la mano se extiende, se recibe a la persona, el desliz, la bombilla se cambia, se pisa el charco (de nuevo), la carta se envía, uno se duerme y se vuelve a despertar, y se vuelve a dormir, se repite el sueño, se repite la realidad, el patrón, la tristeza, la esperanza, la ilusión, vuelve a ser mediodía, el cigarro se apaga, las aves migran, el tiempo se almacena, el recuerdo se revive y se vuelve a pinchar, uno, con la rosa.

viernes, octubre 30, 2015

Relato:"El Oasis"

Me llevaron forzado, obligado a cargar una canasta con variados insumos, ninguno de mi interés, un calor sofocante inunda el lugar, ni un helado para mí, colas y colas de gentes con niños que también llevaban canastas inútiles, ninguno de ellos pasó por el pasillo de juguetes, nadie tiene helado, todos parecen haber llegado contra su voluntad.

En medio de todo aparece este lugar: abundante iluminación, gran espacio, blancura sobrenatural... y el frío, un ambiente tan frío, un frío delicioso en medio del agobiante calor, un olor a queso, escaparates llenos de yogures deliciosos, leche, cremas y lácteos.


domingo, septiembre 27, 2015

Relato: "La sirvienta".

Terminó después de nueve tazas de café, doce pirujos de jamón y de pollo, cincuenta y nueve abrazos, ciento treinta y dos veces pronunciada la palabra dios (aproximadamente), dieciocho marlboro rojo, un lustre, ocho trident de menta, no-sé-cuántas horas, y las lágrimas de la sirvienta en una esquina durante el velorio de mi abuela.

domingo, septiembre 20, 2015

Relato: "Mariposas en el estómago"

Entrábamos a oscuras a la sala, los anuncios, ya terminando, daban paso a la función: un filme de terror.

Mientras nuestros ojos se adaptaban a la oscuridad nos sentamos y compartimos un par de poporopos, iniciaba el filme y comenzaban las palpitaciones y la transpiración en las palmas de las manos.

Sin intercambiar ni una palabra durante la película, en mi cabeza daba vueltas una idea, de reojo miraba tus movimientos y muy atento escuchaba tu respiración. Con mucha fuerza sostenía las mariposas del estómago.

Solo me arrepiento de tres cosas en la vida, hasta ahora, y que la película llegara a sus últimos minutos y yo aún no reuniera el valor para estirar mi brazo tras tu espalda y rodear tu nuca para aproximar nuestras mejillas encabeza la lista.

lunes, mayo 18, 2015

Texto: "Tréboles".

Dos semanas después del encuentro, al fin, me animé a comprar un racimo.

¿Quién decide la especie? ¿Cómo seleccionamos el color? ¿Cuándo se prevé el aroma? ¿y por qué pensamos tanto en la forma? ¿Tan  inoportunos somos para brindar un racimo de flores?

La flor obsequiada, mujer, se ha complicado tanto como quererte.

Y pienso que, el amor, es tan sencillo que deberíamos regalar un par de tréboles a quien nos robó el corazón.

martes, abril 28, 2015

Relato: "El Girasol".

Era tan guapa. Si la vieras sonreír, la distribución tan correcta de sus facciones, la apertura adecuada entre sus párpados y la profundidad exacta de los hoyuelos, si la vieras sonreír, te lo digo, es tan guapa.

Hace un mes y tantos días que le planté los girasoles; aquellos que germinaron de las semillas del loro, las que revolaban por el aire con el batir de alas del ave, semillas que en su relativa pequeñez contienen el amarillo resplandeciente que hoy trasplanto a una vasija de arcilla, esto, con el único motivo de obsequiarle un girasol. Lo juro.

La vasija fue un obsequio que recibí, me lo dio la señora del puesto en donde nos conocimos: un par de pubertos tratando de comprar arcilla termoformada para quién sabe qué finalidades culinarias en casa. Al final tú la compraste, la última vasija de cualidades específicas enumeradas categóricamente por nuestras madres, madres desconocidas la una de la otra, cuyo factor común era la señora de las vasijas. Aunque ahora nosotros lo somos también.

Hoy la iré a visitar, con la vasija obsequiada, totalmente diferente a la vasija culinaria, mucho más estética, con veteados que viajaban alrededor del ecuador de la vasija, desde los más claros tonos de café hasta los más oscuros de marrón, con festoneado en el cuello, divergente del lumen, tenuemente asimétrica en la base, discretamente desnivelada, pero, te lo aseguro, inexplicablemente apropiada para el primer estrato de abono, el segundo estrato de pómez, el tercero de tierra negra y el cuarto de ornamento común de viruta de madera, cada estrato abrazando bellamente el tallo del girasol nacido por el batir de alas del loro.

Caminé tres calles abajo y dos a la izquierda, desde cuya esquina veo la carnicería de tu papá.

"Buenos días señor, esta planta es para su hija".

Era tan guapa.

martes, marzo 24, 2015

Cuento: "El Niño Hombre Viejo"

Ocho años tenía cuando abandonó su casa.

Dedicado a la vagancia sobrevivió los primeros años de vida durmiendo en la calle, pidiendo limosna, siendo menos niño que antes, creciendo de a pocos; sin ser consciente comenzó a trabajar en un pequeño local. Trapeando, barriendo, limpiando las mesas empezó a ganarse unos centavos para terminar el primer paso de un largo viaje que recién empezaba en este pequeño local dedicado a servir comida y recibir huéspedes.

Vivió, trabajó y creció ahí hasta los 12 años. Entonces decidió marcharse. Ya había ahorrado un poco como para poder irse.

El joven siempre tuvo la pequeña inquietud, desde muy niño, de no sentirse a gusto en ningún lugar; no sentía que su vivienda fuera su hogar. Esto lo motivaba a viajar constantemente en busca de nuevos lugares, nuevos paisajes, nuevos sonidos, nuevos olores y nueva gente; buscaba un hogar. A los 15 años ya conocía el país, sin embargo, era ignorante de su lugar de procedencia. Era tan joven cuando se marcho.


Texto: "Werner Karl Heisenberg".

01. ¿Debí besarte más?
02. ¿Fue porque no te tomaba de la mano en público?
03. ¿Acaso el café estuvo muy fuerte todas esas mañanas?
04. Lo siento, contigo nunca lograba afinar mi guitarra
05. ¿No me disculpé lo suficiente?
06. ¿Te abracé demasiado en las noches?
07. Seguro debí besarte más
08. ¿Debí ser más honesto?
09. Entonces ¿quién era yo?
10. No mires atrás
11. Te fuiste, pero sigues aquí.
12. ¿Fue el timbre de mi voz durante el susurro?
13. ¿El tiempo se puede parar?
14. ¿Hasta cuándo?
15. ¿Recuerdas aquél concierto? Recuérdalo
16. O ¿Debí besarte menos?
17. ¿Hizo falta silencio y espacio?
18. ¿Olvidar o aprender?
19. Quiero darte un cordial saludo esta tarde
20. Nunca te regalé un libro
21. Fue esa reina de espadas ¿verdad?
22. ¿Estas viñetas?
24. Atentamente
25. Werner Karl Hinsenberg
26. Punto.

miércoles, febrero 04, 2015

Texto: "Apuntes de una historia normal".

Érase la rotura de patrones, la insaciable desviación hacia lo que le agrada, la ausencia de flores, las sonrisas inexplicables, el punto y coma, el cuarto menguante, los ojos que dicen quédate, el silencio, la exigencia, las asimetrías, las salpicaduras de tantrismo, la inmediatez, la geometría lítica azul, los aceites, el calor, la espera, la aparente valoración, la psicología barata, el lenguaje nuevo, el ir y venir, el pensarlo, los hola, los discos compactos, el humo, la trova, las aves y los aviones inexistentes, los conceptos sin terminar, los términos sin empezar, la incomprensión del suspiro reprimido en público, el poema prosado rayado invaluable jamás escrito, ni pensado, vivido quizá, posiblemente mal recordado y la certidumbre del olvido.