«Al llegar a la dosis psicodélica de estos hongos, se adquiere una cualidad importante, de hecho, la cualidad de importancia central para mi argumento, que cualquiera de ustedes que haya tomado hongos ha experimentado por usted mismo, y es algo que llamo la disolución de barreras, y acá está la noción en resumen:
Cuando miras atrás en la filogenia de los primates, exactamente atrás están los monos ardillas, y ese tipo de animales mantenía algo llamado jerarquías de dominación masculina; hay comúnmente un macho alfa quien, usando la fuerza bruta, toma a la hembra más deseable bajo su dominio y envía a sus subordinados machos hacia el resto de las hembras
Y así es como estas sociedades de monos se ordenaban a sí mismas.
Ahora, a causa que la psilocibina de los hongos disuelve las barreras, y debido a que la conciencia del ego, que es necesaria para estas jerarquías de dominación, cuya esencia es la definición de barreras, lo que estoy sugiriendo en mi libro es que uno se automedicaba para llegar a un estado de igualdad de género y comunidad, consciente o inconscientemente, este insumo en nuestra dieta suprimirá el ego y por lo tanto suprimirá estados de jerarquía de dominación.
Esto quiere decir que el momentum que tenía la evolución humana fue interrumpido durante un periodo entre, ¿quién sabe? escojan un número entre 15 a 50 mil años, que terminaría hace unos 10 mil años, realmente vivimos en un paraíso, donde los humanos estaban en equilibrio y balance con la Tierra, donde hombres y mujeres estaban en balance con cada uno y, debí mencionarlo, esta excitación sexual que acarrea el consumo de hongos, promovió un estado de orgía probablemente en luna nueva y luna llena, en la que básicamente todos saltaban sobre los huesos de otros, y la consecuencia inevitable como un estilo social, haría imposible a los hombres rastrear las líneas de sangre masculina y paternidad, y esto es muy importante: en las sociedades que practican orgías, no hay espacio para el concepto masculino de “mis hijos”, solamente queda espacio para el concepto tribal de “nuestros hijos”, es decir la comunidad, el grupo. Así que la lealtad masculina se orienta hacia el grupo. Y esto es importante porque cuando un hombre descubre la paternidad masculina, también descubre la propiedad de territorios, fuentes de comida, mujeres, ustedes nómbrelo. Y esto tiende a retroalimentar la formación de la estructura del ego.
Y eso creo que fue la era de oro de la humanidad, que todos esperábamos y nos atraía la nostalgia del paraíso, y es debido a que somos víctimas de una caída del paraíso. Lo que sucedió es que las vastas planicies de África, tan necesarias para la ecología del hongo, y por lo tanto necesarias para mantener esta simbiosis en el paraíso, eventualmente se secó, el Sahara se hizo un desierto, esta gente fue forzada fuera de África hacia el antiguo oriente medio y caímos en la Historia. Y acá es cuando nació la agricultura, la cual requiere estar en un solo lugar, cuidar los cultivos, y defender el perímetro de estos éxitos esfuerzos de agricultura, es el final del nomadismo, el nacimiento de ciudades, significa la creación a través de la llegada de los excesos, de clases de aquellos que tienen y no tienen, se crearon los reinados se crearon las necesidades de ejércitos, y es posible notar la tendencia, todas las instituciones que asociamos a la opresión masculina, jerarquía, dominancia entraron en juego en este punto, y no quiero tomarme mucho tiempo en esto, pero en resumen, esta situación fue la situación en la que llegamos a nacer y en la que llegamos a la consciencia, la situación paradisiaca de comunidad de género, en la que luego nos disolvimos y regresamos al antiguo método primate de dominancia y jerarquía, cuando el hongo no está disponible, regresamos a nuestros estilos primates, y hemos estado practicando esos métodos primates mientras llegábamos a secuenciar el genoma humano, la exploración del sistema solar, y el corazón de la materia, lo hicimos desde una perspectiva psicológica enferma.
Ahora, la pregunta sobre las drogas ¿por qué, como especie, estamos tan obsesionados y somos tan susceptibles a la adicción a tantas cosas. Hay algunos animales que caerán en compuestos como las frutas fermentadas, pero somos los únicos que somos adictos a docenas de substancias y comportamientos. Creo que podemos hacer una analogía: una persona que fue abusada o traumatizada en su niñez, la humanidad y su historia ha vivido a la luz de este escenario, la traumática separación de nuestra conexión dentro de la totalidad orgánica de la matriz planetaria de la diosa madre Gaia, la cual era la piedra angular de la experiencia psicodélica durante el alto paleolítico.
En otras palabras, el mundo de alucinación y visiones a los que el hongo lleva, no es la consciencia privada, o la arquitectura neurológica personal, sino que es, en cambio, un tipo de intelecto, une tipo de ser, un tipo de mente-Gaia, para las mentes paleolíticas, era la gran diosa. Una vez te separas de esta matriz de significado, lo que James Joyce llamaba la más misteriosa matriz maternal, una vez te separas de eso, no te queda más que racionalismo, la dominación masculina, y el ego masculino, para guiarte en este mundo. Lo que nos ha conducido a esta sociedad de pesadilla y laberintos de civilización tecnológica, sobreproblación, clasismo, sexismo, racismo, propaganda, etcétera, todas las enfermedades de la modernidad. Así escribí este libro, para que podamos, como sociedad, importar, casi como un caballo de troya, la idea que estas plantas y compuestos psicodélicos, no son aberraciones, no son patologías, no son un pensamiento menor de posibilidades en que solo algún anormal y raro podría verse involucrado, sino que son, de hecho, el catalizador que apela a la humanidad naciente de la naturaleza humana.
Y si pudiéramos entretenernos de estas ideas, podríamos cambiar el pensamiento preconcebido sobre las sociedades primitivas, chamanismo, la experiencia psicodélica, esfuerzos sociales para controlar y erradicar estas substancias.
Creo que estamos en una carrera, en este planea, entre educación y desastre, es el momentum del ego el que nos amenaza ser lanzados por el borde del precipicio hacia el armagedón: hambruna, sobrepoblación, adiós a los valores democráticos, vamos a vivir en una colonia orweliana si no cambiamos nuestras mentes, debemos cambiar nuestras mentes. Lo antes posible, no estoy hablando de un programa de quinientos años que lentamente ponga las cosas a favor. Tenemos, creo, menos de 30 años, para llegar a términos saludables con la disolución de la capa de ozono, la toxificación de los océanos, el efecto invernadero, el esparcimiento de enfermedades epidémicas, el levantamiento del fascismo, el imparable mercado libre para canjear productos en cada esquina del planeta; debemos cambiar nuestra mente.
Tenemos que acudir a las antiguas plantas y prácticas chamánicas, que les permitieron a nuestros ancestros remotos llegar a un buenos términos sobre el misterio de existir, y su situación en este planeta y su relación con el resto de la naturaleza.
Es importante, en este tiempo, elevar este argumento, lo más claro posible, lanzar la idea en la sociedad, y permitir que se eleven los argumentos y los debates. Y podrías pensar que estoy proponiendo volar por los cielos algún pensamiento pre existente sobre cómo los seres humanos llegamos a existir. Este no es el caso, de hecho, la antropología ortodoxa, no tiene la mínima idea. Somos la mosca en la sopa de la explicación de la ciencia natural y su descripción de la evolución de las especies. Es fácil entender cómo un tipo de colibrí emerge de otro. Es muy difícil entender cómo unas criaturas que construyen ciudades como Los Ángeles, provenientes de criaturas que cazaban hormigas introduciendo pedazos de grama en los hormigueros.
Nosotros representamos algún tipo de ruptura primordial dentro de la naturaleza a nivel animal, y creo que se debe a que tenemos una relación simbiótica con toda la naturaleza:
Estamos diseñados para esto, receptores químicos en nuestros cerebros, nuestros cerebros físicos, han sido llevados durante cientos de generaciones, sin realmente haber sido llamados a su uso, pero ahora es el momento. Si creemos que estas cosas expanden la consciencia, entonces debemos usarlos, estudiarlos, aplicarlos, porque es la ausencia de consciencia la que está creando una crisis terminal. No solo a nosotros, como especie, sino a todo ser vivo en este planea. Realmente creo que la experiencia psicodélica es tan parte de estar vivo como la sexualidad, lenguaje.
Las cosas que nos llenan. que dan significado a la experiencia humana se están dejando sin completar, se vuelven imposibles de asimilar si no ponemos la piedra angular en el edificio de nuestro ser en el mundo. Y la piedra angular en ese edificio es nuestro derecho, nuestra obligación y el privilegio de disolver nuestras barreras ordinarias del ego, y unirnos con la mente y el propósito del planeta.
Y esto es lo que trataba de decir en el libro, y es algo que quisiera poder comunicar a ustedes esta tarde, muchas gracias.»
Fuente:
McKenna, T. (1992).
From a talk on his book: food of the gods. Trad. Carrillo, M. (disertación). (en línea). Santa Mónica, Estados Unidos. Consultado el: 09/06/2020. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=fs0On1AcPkU