En esa época yo me hacía llamar Morales, no por mi moral, ni mucho menos mi ética; Morales porque era un moroso de primera. Esos días de mi vida, aunque llenos de penurias, preocupación, sufrimiento y penas, fueron los mejores, paradójico pero cierto.
En fin, no vengo a hablar sobre mi vida ni mi absurda niñez; testifico lo que vi señor Juez.
Hace unas horas venía con la idea de entrar acá, sentarme y soltar mis palabras; que al final nadie me creería, que quedaría como loco; era mejor culpar al esposo, así me la podría terminar de ganar, sí sí, ganarme a la señora de Santizo. Pero el pobre señor Santizo no la asesinó a golpes ni quemó su cadáver, él no mató a su hija... no señor, algo más macabro se oculta tras este "típico" incidente señores, y hoy vengo a revelar la verdad.
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