Sonaba mi teléfono a las 7 de la mañana, me había acostado a la 1 de la madrugada y me había quedado dormido como a las 2. Ya era tarde. Contesté y una bella, delicada y hermosa voz se desata en improperios, alegando que hace 1 hora que me esperaban. Mientras yo me vestía, enojándome más y más, seguía escuchando y pidiendo disculpas como por inercia. Al final, cuando estaba a punto de soltar una grosería se escucha un 'pero bueno, aquí te esperamos todavía, apurate, te quiero mucho'. Entonces, cambia el mundo y me despido melosamente.
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