lunes, octubre 11, 2021

Texto: "Duelo y luto".

La noche ya había llegado, unas horas atrás se agrietaba el cielo y escurrían sus colores escapando rápidamente hacia otros husos, se había escondido la luz principal de esa bóveda antes tan clara y celeste, ahora oscura y honda.

El aire frío impregnado con esencia a tierra y musgo inundó de golpe mi cuerpo, salí pronto del edificio para apurar el paso, un pie tras otro, un milagro del ritmo y la sincronía de cartílagos, tendones, tuberías y carnes y huesos. A caminar a casa bajo una discreta pero exhaustiva mezcla de neblina y viento, la más fina lluvia puede aplastarlo a uno dado el suficiente tiempo.

Cuarenta minutos de locomoción, un cielo que se ennegrecía aún más, capas y capas de nubes como oscuridad material obstruyendo estrellas, una lluvia que empapaba los pelos de las cejas y los antebrazos, y una capa gruesa fluida crecía con cada gota de sudor sobre la piel del pecho y la espalda. Punzante convergencia del calor interno chocando contra el enfriamiento externo.
Sombras, humedad, hastío.

Entré a casa sin la consciencia de lo que crecía en mi interior, abriéndose brecha, equivocado con el frío y el agua de la noche negra.

Me senté entre humos y luz tibia a estallar en llanto creciente y desconsolado, reminiscencia de otras vidas, dolorido como no ocurría desde la niñez.
Ya no están, han partido a otros planos, lupus, gallus. 

Adiós.