miércoles, junio 21, 2017

Texto: "Nunca, nunca más".

Esa noche deseaba (su) compañía —ella insistía en otras compañías para mí—.

**
Hay un pesar inevitable, aunque bien aceptado, sobre la parte delantera del cuello, entre el cartílago tiroides y cricoides, que se instala y alborota, se percibe como un nudo indescriptible que aglutina y secuestra palabras, intenciones, querencias. Incapaz de pronunciar las ganas de su compañía marché solo—o conmigo.

Encendiendo un cigarro sedante transcurrió el camino hasta el teatro, la mente vuela, y a pesar del desarrollo y crecimiento sentimental edificado, las recaídas del límbico son inevitables: las ganas de poseer, el egoísmo impertinente, las ataduras; todo confabula armónicamente en un periodo de tres horas. Me vuelvo a ver como hace años, aturdido, iracundo y decepcionado, triste, carente, añorando y anhelando.

Terminó la obra teatral y todo regresó a la normalidad: dejo de necesitar su compañía para mantener estoico el ofrecimiento de la mía.

La frase más notoria de la obra (El Cuervo de Poe) fue pronunciada por el cuervo mismo: "Nunca, nunca más".

domingo, junio 11, 2017

Poema: "Loto".

Pérfido balaústre inmóvil y muy triste
sumergido hasta el cuello en fango memorial
progresa, como un quiste, tu floración terrestre
más allá de lo bello, pantano irremedial.

Ahondo en el vacío plano de tu carencia
manando mariposas, larvas y crisálidas;
en el alma un vahído por amar sin licencia,
terreno para rosas, mimosas y daturas.

Ecosistema de ti, sin ti:
loto inevitable.

Texto: "Nunca".

Nunca hubo algún vagabundo que me ofreciera alcohol; tampoco hubo personaje que me presionara con un cigarro; no hubo tipo que me ofreciera hierba; mi primer tacha fue solo; nunca algún hippie me oprimió con ácido; las benzodiacepinas vinieron por cuenta propia; nunca nadie me forzó a inhalar coca ni keta; nunca alguien mi arrinconó a probar dmt; nunca tú me pediste estar así.