domingo, noviembre 15, 2009

Cápsulas

1. Conductas anómalas que dejan rastros de humeantes fogarones, quemando, ardiendo... Sustancias que conviene no interpretar, silencios que son mejores no escuchar y premisas tan falsas que supuran hielo y escarcha, como corrientes de lava sinuosa.

2. Cambios repentinos en el comportamiento que nos hacen sospechar la precencia de aptitudes voluntarias que se contradicen; actuando como jamás se haría, pensando como no se pensó, y al final comprender que los otoños llegan, y las cosas acaban.

3. Con tantos pesares sobrellevados y sobrevividos como uno sólo, se dan estas situaciones, en ocaciones, irremediables. Y a pesar de lo ya expresado, existen cápsulas en las que el tiempo es de calidad, como si nunca se expusiera a al deterioro, al maltrato ni a la angustia. Tiempo celestial de estrella que brilla en lo alto de los cielos nocturnos de nuestros corazones. Tiempo que jamás pasará, tiempo variable y disperso, amorfo y mutable de individuo en individuo. Tiempo libre y sobrio de conductas anómalas; un tiempo que se funde en nuestas vidas como algo único, algo que nos marcó.

4. Comento, hoy y aquí, la diferencia entre el olvido, y el eterno recuerdo de los tiempos.

5. Consciente, digo: nunca nos olvidemos de aquéllos; jamás nos dividamos en fracciones innumerables, irreconocibles y desencajadas; y seamos por siempre hombres y mujeres que guardan cápsulas de tiempo, furtivas y libres de conductas anómalas que amarguen nuestros menjurjes . Vivamos el tiempo presente, con el sosiego de nuestro buen tiempo pasado.

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